Muchos de nuestros recuerdos están
unidos al tiempo de la niñez. En "En busca del tiempo
perdido" Marcel Proust presentaba en siete volúmenes la infinita
infancia revivida tras el mordisco de una magdalena. Los Tilos de Moya forman
parte de la memoria de los que tienen más de cuarenta años en Gran
Canaria. Riadas de niños bajaban de las guaguas para disfrutar de aquel
bosque húmedo, de aquella abundancia de agua tan escasa en nuestra isla.
Afortunadamente alguien en el Cabildo, o fuera de él, recopiló los
argumentos suficientes para frenar aquellas excursiones. De la noche a
la mañana Los Tilos fueron cerrados a cal y canto. Fue como guardarlos
bajo llave para dejarlos a las futuras generaciones.
En
parte, el turismo rural también piensa en la isla que seremos dentro de
unos años. Guardar los paisajes, los campos y los rincones de la isla
requiere que acumulemos argumentos frente a los que quieren acabar con
todo, para los que el campo no es más que el recuerdo tras una
magdalena.
En este espacio queremos proyectar otra imagen de la Casa Rural Fontanales Pelibuey. Cada rincón tiene una historia y cada historia quiere también tener un espacio. En Fontanales Pelibuey encontraremos muchos lugares e historias que merece la pena conocer. Por eso las contamos... para ayudar a mirar y conocer lo que de otra forma podría pasar desapercibido. ¡Que lo disfruten!...
viernes, 21 de junio de 2013
viernes, 7 de junio de 2013
ARTE Y FILOSOFÍA
"¿Qué es un artista? un hombre que todo lo sabe sin saberlo. ¿Y un filósofo? un hombre que no sabe nada pero que se da cuenta." (Cioran, El ocaso del pensamiento, Tusquets, p.190)
Estamos hechos de arte y filosofía, de cuerpo y conciencia, de acto y reflexión. Cuando nos domina la filosofía nos alejamos del cuadro en un zoom que nos eleva a las estrellas. Entonces nos vemos pequeños, desvalidos como un diminuto punto en el Universo. Cuando nos domina el arte, por el contrario, nos abismamos hacia nuestro interior convirtiéndonos en el centro. Platón hablaba del Auriga como el cochero capaz de mantener el equilibrio entre pasión y razón, entre arte y filosofía.
Habrá quien pretenda realizar ese malabarismo en medio de la ciudad. Nosotros recomedamos salir al aire libre. Por unos días regresar al mundo rural para encontrar ese equilibrio.
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