sábado, 19 de abril de 2014

ÁRBOL QUE FUE

"Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han nacido” Como el olmo viejo al que cantara Antonio Machado, en nuestro patio con vistas siempre disfrutamos de la sombra imponente de un castaño. En una simbiosis perfecta nos daba sombra en verano y claridad del sur en invierno. Aunque nos parezcan eternos, también los árboles envejecen. En el verano de 2011 nuestro querido castaño abandonó su color verde para quedarse sólo en forma de madera delante de la casa. Allí sigue. También nosotros esperamos aquello que expresó Machado para su viejo olmo: "quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón también espera, hacia la luz y hacia la vida otro milagro de la primavera."

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